Puede parecer que la Medicina actual tiene tantas cosas que descubrir, que lo que menos le preocupa al médico es manejar con soltura un conjunto de cifras y fórmulas, y que lo que debe hacer es centrarse en el estudio de la fisiopatología y las dianas terapéuticas de las enfermedades. Sin embargo, y como se me ha demostrado en los últimos años de la carrera, la Epidemiología es una de las partes más importante de la práctica médica, y prueba de ello, es el peso que tiene de cara al examen MIR. De las 225 + 10 preguntas que componen el examen, el número medio de preguntas de Epidemiología es de 20 (aproximadamente un 8,5%). Es por eso que la academia ha recalcado la importancia de prepararla adecuadamente, y en consecuencia nos han dado una maravillosa clase de primera vuelta.
La tarde empezaba con el ánimo de saber que, además de la preparación del MIR, la clase iba a facilitarme en gran medida el examen de Farmacología Clínica que tengo en la facultad en apenas unas semanas. Iba siendo consciente de la pésima base del temario que tengo y siendo complemente creyente en que "Él método" volviese a hacer de mí un chico con las ideas claras.
El profesor, un cirujano vascular del H. Clínico San Carlos de Madrid (sí, un cirujano, has leído bien), empezó explicando métodos de validación de las pruebas diagnósticas, y desde el minuto uno me di cuenta de que el tío era un auténtico genio de la docencia. Explicaba, daba ejemplos prácticos, ayudaba a razonar cada una de las preguntas de test detenidamente, proponía ejercicios para resolverlos de manera individual y luego exponerlo de manera conjunta... Después de entender qué era y cómo se hacía una tabla de contingencia (concepto que me explicaron en primero de carrera pero que, obviamente, estaba perdido en algún sitio donde ni mi razón ni mis ganas me permitían encontrarlo), empezó a explicar las medidas de frecuencia y las medidas de asociación. Llegados a este punto, en el que mezclaba la incidencia con la densidad de incidencia, y los falsos negativos con los positivos, y el VPP con el VPN, mi cerebro y mi vejiga no estaban en condiciones de seguir hacia adelante. Todo lo bien que lo estaba haciendo el profesor, se estaba liando en mi cabeza por la mundana necesidad de salir a descansar.
La semana que viene tendré la clase de Estadística, otro de los grandes huesos que nunca me he visto en condiciones de roer, y muy relacionado con la clase de esta semana. Juntas forman lo que he decidido llamar la "numerología de la MIRicina", un conjunto de conocimientos en base a números y fórmulas que creí que nunca iba a volver a tener que repasar, pero que sin olvidar la importancia de las letras y las humanidades, forman parte indiscutible de esta ciencia que llamamos Medicina.
A.
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